En esta parte del levante no soy la única que esta disfrutando de un “verano de adolescente”. Parece que nos ha dado un aire a todos, o por lo de dios los cría y ellos se juntan, que alguna de mis amigas, cada una con su tema, andan un poco despendolás liándose la manta a la cabeza. Todo muy bien y todos divirtiéndonos. El problema es que llega Septiembre, se acaba el verano y se huele la tragedia... en mas de una movida me veo en medio. Que Ala nos asista.
Burbu se me queja de que con todas las cosas que han pasado este verano no haya cascado na por aquí.... a ver, si no es por no contarlo, pero amiga... Si hace falta, una vez digerido, pues se puede hacer un mega post, pero ahora mismo pos puede que sea perjudicial, ¿o no?.
Lo que si se puede contar:
El jueves pase, con los nervios en el estomago, toda la jornada, ya que por la tarde llegaba La maña, Tarantu y los dos primos (sí, uno es EL de las fiestas del Pilar).
Llegaron sobre las diez de las noche y casi me mato al bajar las escaleras e intentar vestirme y hacerme una coleta para ocultar el nido de gaviotas que llevaba por pelo a la vez. Ya sabéis, la primera impresión es la que cuenta.
Besitos y comentarios sobre el viaje. Nos subimos a arreglar La maña y yo mientras mi madre y los tres mendas se bebían unas cervecitas en la barbacoa.
Después de cenar y ya con Burbu y Poppy nos fuimos al bar de siempre. Había un concierto... plof!, unos rones mas tarde lo mismo nos daba que nos daba lo mismo, risas, fotikos, “te acuerdas de” y demás... un garito-vomitar –otro garito...
9:30 los cinco supervivientes se van para casa.
Dos horas después me despierta la maña. Mierda! Estoy sola en la habitación de mi hermano. He perdido la apuesta con Poppy por mi curiosa manía de emborrachar a la gente hasta que vomitan. Primo aparece por la puerta y me sonríe. Creo que pensamos lo mismo: trabajo terminado: N.O. (otra vez).
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